30 de abril de 2018

Te defiende tu manada



El sistema judicial actual es de todo menos perfecto, pero hay veces que realmente se luce; y el caso de La Manada es una de esas veces.

Ya han pasado casi dos años del suceso y sigue desatando escándalo. ¿Por qué? Porque realmente merece esa atención. Nos hemos hartado de hacer la vista gorda y vamos a hacernos oír.

Podemos empezar con las acusaciones de hace un tiempo de que la mujer violada estaba mintiendo por el simple hecho de no parecer una víctima, porque estaba intentando seguir con su vida. Cuando alguien ha pasado por una situación traumática, o cualquier situación desagradable, intenta pasar página, olvidarlo y seguir adelante. O no. Que no pase el día en un rincón llorando no la hace menos víctima, porque quedarse llorando no va a cambiar nada; las lágrimas de esa chica no van a hacer que sus violadores aparezcan mágicamente en la cárcel, porque esos criminales no van a ir al juez y confesar porque tengas un aspecto que da pena. Vivimos en un mundo injusto y muchas veces cruel, y ante un obstáculo tienes dos opciones: te levantas o te destruye.

Pasemos después al hecho de que el suceso ha sido un considerado abuso sexual y no violación. No es violación porque no opuso resistencia. Le haré una pequeña aclaración, señor juez: o nos dejamos violar o nos matan. Una violación no deja de ser violación porque la chica haya preferido vivir a no ser violada. Porque, cuando te coge un violador, vivir y no ser violada nunca van juntas. Hay varios casos de mujeres que intentaron resistirse a ser violadas. El final es siempre el mismo: primero las violaron y luego las mataron.

Este mismo caso ha pasado también con niñas, ¡con niñas! Un hombre atrae a una niña de 5 años con un caramelo o algo parecido y luego la viola. Ella obviamente no pone resistencia, ¿cómo va a hacerlo? Pues eso también fue calificado como abuso sexual y no violación.

Si es que, con el sistema actual, probablemente nunca encontremos un caso calificado de violación sin que lleve añadido “+ asesinato”; porque no es violación sin resistencia, y no hay denunciante viva con ella. Es así de simple, indignante pero cierto.

Esa chica está pasando de todo, desde que la llamen mentirosa hasta ser considerada víctima de abuso y no de violación. No debe de ayudar el hecho de sus violadores estén en la calle en un año, lo cual también es inmensamente injusto, ya que les ha salido demasiado barato el crimen que han cometido, y con un precio tan bajo, las probabilidades de reincidencia son altas. La justicia de hoy en día escasea en presencia femenina; no hay punto de vista femenino en casos como este y en los casos que más necesitan a mujeres juzgándolos es en donde menos están. Y no solo hacen falta mujeres, sino mujeres (y hombres) con formación en género, en estos temas ¿No creen que esto podría ser de otra manera si hubiese alguien que pudiese posicionarse en un punto más cercano a la víctima? Se me olvidó: estaba  la fiscal, una mujer, que pedía 22 años y ya ven... 

También está el hecho de que uno de los jueces piensa que la chica estaba disfrutando los actos de los hombres, cuando no hace falta darse cuenta de que se trata de una violación en toda regla.

Por fortuna, este caso no ha pasado desapercibido por la población. Días y días de intensas manifestaciones a favor de la víctima han demostrado que todavía hay esperanza para la sociedad. ¿Podrá la indignación pública hacer algo en este caso o no hará ninguna diferencia? Está por ver.

Una minifalda no es culpable de una violación, el alcohol no es culpable de una violación, una fiesta no es culpable de una violación, una víctima no es culpable de una violación. Solo el violador es culpable. Es hora de que los jueces se den cuenta y de que el infierno que esta chica ha estado viviendo durante dos años termine de una vez, y que termine con sus violadores considerados como tales. Porque yo sí te creo. Y como yo, muchas y muchos te creemos.
Nuria Fernández Roca, colaboradora del grupo Aequitas25

1 comentario:

  1. El sexo tan necesario como aterrador. La sociedad nos ha coaccionado a tener que cuidarnos demasiado por culpa de estos salvajes. El sexo se está usando como arma para controlar aún más a la mujer, y me parece muy escalofriante.

    Este código penal no sabe de miedo ni de sufrimiento. No nos apoya, y es el único que puede controlar este tipo de situaciones ya que esto no depende de la mujer, en ponerse o no un escote y minifalda.

    En suma, pienso que ya que nosotras somos las que salimos perdiendo en estos casos, aunque sea injusto debemos de ir con cabeza y sabiendo lo que hacemos, y todas sabemos que en una fiesta puede darse este tipo de situaciones, aunque sea injusto, repito, hay que cuidarse porque aunque nosotras queramos libertad y emborracharnos igual que un hombre sin preocuparnos, la realidad es otra. Cualquier hombre tiene que comprender que la mujer aunque haya dicho al principio que 'sí', si después decide un 'no' es NO y no puede obligarla a nada.
    Solo espero que llegue el día en el que la justicia sea un apoyo en lugar de ser un enemigo.

    LUCIA MARTOS BELTRAN 2ºBTO A

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