9 de noviembre de 2016

MÁS Y MÁS INCÓGNITAS


Desde hace 113 años, un pedacito de Cuba está bajo control de Estados Unidos por un alquiler anual que podría ser el que se paga mensualmente por un buen apartamento en una gran ciudad. La Base Naval de Bahía de Guantánamo sigue constituyendo a día de hoy problemas serios entre Cuba y EEUU, principalmente por la lucha del territorio ocupado por estos últimos. Tras la pérdida de España de este territorio, los EEUU y Cuba firmaron un acuerdo por el cual los EEUU se apoderarían de este territorio que, a día de hoy, es tan conflictivo. Por su lado, Cuba actualmente afirma que no fue un acuerdo pleno, sino que el acuerdo se llevó a cabo bajo presión. El problema territorial es importante, pero no más que el problema moral y ético que se aloja en la famosísima cárcel de Guantánamo. 

Este lugar cobra importancia cuando ocurre el atentado del 11-S en el año 2001. La cárcel de Guantánamo desde aquel ataque terrorista aloja a los acusados de terrorismo más peligrosos del mundo. Terroristas pertenecientes a Al-Qaeda, el ISIS o los talibanes de Afganistán o Irak. La causa comienza a cobrar importancia cuando los EEUU, al invadir territorio afgano, deciden capturar a personas que presuntamente (según ellos) forman parte de redes terroristas para enviarlos a la cárcel de Guantánamo y alojarlos allí. El problema de estos presos, que presuntamente son culpables, es que han ido a parar al peor lugar del mundo, a la cárcel de Guantánamo. Una cárcel en la que se aplican torturas aberrantes y que han formando parte de la pesadilla estadounidense. El submarino, la privación del sueño, la intimidación con perros, la alimentación forzada, el aislamiento, la privación de la luz, el trastorno de los cambios de horarios, de las dietas, abusos, encadenamientos al suelo, privación de agua y comida, el forzamiento a orinarse y defecar encima, el sometimiento a extremos de frío o calor, han sido entre muchas otras las torturas que han empleado los militares que trabajan allí a esos presos que ellos denominan detenidos. 

El pasado lunes por la noche estrenaron en una de las cadenas de televisión una especie de documental en el cual una periodista se dispuso a pasar 8 horas en la cárcel de Guantánamo para visitarla y sacar información que fuese de ayuda para entender todo lo que allí ocurre. Para su sorpresa la periodista se vio en una excursión milimétricamente organizada en la cual no podía hablar con los presos, no podía visitar ciertas dependencias de la cárcel, no podía realizar preguntas a diversos militares que trabajaban allí y tampoco podían aparacer las caras de los militares en las imágenes que grabara, lo que suponía un gran impedimento a la hora de trabajar puesto que allí se alojan alrededor de 8500 militares y constantemente aparecían sin quererlo. Para colmo, las imágenes grabadas tenían que ser revisadas escrupulosamente por si salían en ellas material no permitido. Todo eran problemas. 

La periodista quería saber por qué los presos no podían hablar con ella cuando realmente no supone un problema para ellos ni para los periodistas. Los militares se atenían a que era lo instaurado en el acuerdo de Ginebra, un acuerdo que dice que la vida privada de los presos no debe violarse en unas instalaciones como aquella. Pero ese acuerdo de Ginebra va más allá, y es que los presos allí alojados al estar fuera de suelo estadounidense , no tienen el derecho a la presunción de inocencia ni al juicio de un jurado, lo que nos desvela otro de los muchos problemas ocultos en torno al gobierno estadounidense. Esta vez el problema es el retenimiento y detención de personas, por parte de la CIA, que no tienen realmente nada que ver con el terrorismo islámico y que tan solo por ser musulmanes y haber estado en territorios de Afganistán o Irak tendrían relaciones con los grupos terroristas. 

Me asombraban las respuestas de los militares cuando eran preguntados por las torturas que se habían realizado en la década pasada. Todos negaban la existencia de ese tipo de torturas cuando el mismísimo presidente de los EEUU, Barack Obama, había afirmado en el 2011 que si se habían realizado torturas. Y no solo él lo afirmó, sino que también lo hizo uno de los exmiembros del Pentágono. ¿Qué está pasando realmente?¿Por qué unos afirman y otros niegan la existencia de esas torturas?Por suerte, muchos de los presos han sido absueltos y la cárcel de Guantánamo poco a poco se va desintegrando. Pero a día de hoy, muchos siguen retenidos allí sin saber qué hacer con ellos. Muchos de ellos, grandes mentes terroristas que no pueden ser trasladados a otras cárceles de otros países. Lo curioso e interesante es que dentro de esos países que acogen a algunos de estos presos no se encuentra EEUU. ¿Por qué EEUU no acoge a los presos que tiene retenidos en Guantánamo si para ellos ese pedazo de Cuba es suelo no estadounidense? ¿Por qué no se les traslada a territorio americano? ¿Tiene algo que ver con que la CIA tenga la libertad de hacer en ese territorio no estadounidense lo que quieran con ellos? Todo son más y más incógnitas sin resolver. 

Para mí, el momento más duro fue escuchar los testimonios de dos presos absueltos que fueron acusados sin motivos. Dos presos que no vieron a sus familias en años, que sufrieron torturas y humillaciones y que fueron amenazados si se negaban a ir a Guantánamo con que matarían a sus familias. Uno de ellos entre lágrimas contaba cómo decidió ponerse en huelga de hambre y una de las militares entró en su celda y se comió una chocolatina delante de él humillándolo, para que luego fuese aislado en una celda con el aire acondicionado muy frío, totalmente desnudo y sin lugar donde realizar sus necesidades, sin comida ni agua. Pasó allí 5 días con tan solo un rollo de papel higiénico que utilizaba como "colchón", si es que se le puede llamar así, para aislarse del frío. El otro comentaba cómo fue encerrado en una celda con decenas de presos apretujados, sin poder respirar normal, defecando allí mismo y meándose encima. Los militares con duras palabras les privaron de la comida y les indicaron que si tenían hambre que se comieran sus heces y bebieran su orina. Muchos de los presos allí enncarcelados murieron asfixiados, pero por suerte él no. Jamás entendieron por qué ellos tuvieron que pasar ese tipo de tratos sin tener el derecho a la presunción de inocencia ni a defenderse, sin tener en definitiva ningún motivo para estar allí. 

Una vez más vemos cómo EEUU deja mucho que desear en cuanto a nación se refiere. Una nación con tanto poder y tanta repercusión mediática no puede ni abusar del poder de esa manera ni mucho menos violar de tal modo los Derechos Humanos de las personas. Es sorprendente todo lo que ocurre en el mundo que nosotros no sabemos, todos los derechos que son violados y a los que no podemos poner solución porque los que tienen el poder saben cómo manejarlo, todo para que nosotros veamos tan solo lo que ellos quieren. Es increíble una vez más la de incógnitas y misterios que quedan y quedarán sin resolver por mucho tiempo en la historia de un país tan poderoso como lo es EEUU.

Óscar García Portero, colaborador del grupo Aequitas25


3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Estados Unidos... ese país que, como bien dice Óscar, “deja mucho que desear”. En cada película que vemos en el cine o en cada noticia que leemos en la gran mayoría de periódicos existe unanimidad de opiniones: Estados Unidos es “el bueno”; los demás, peores o, directamente, “malos”. Esta popular cultura que se nos está transmitiendo desde prácticamente principios del siglo XX y que a la vez tanto daño hace a nuestra CULTURA REAL es denominada por muchos “americanización”.

    Lo cierto es que este país no me inspira ni transmite ningún tipo de confianza, más bien al contrario, siento MIEDO. Miedo por la hipocresía que estos presentan ante el resto del mundo vendiendo un producto que probablemente no sea el original. Estados Unidos, que fue uno de los principales impulsores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), es uno de los países que más los incumple, aunque no lo sepamos. Jamás encontraremos en las noticias que Estados Unidos ha bombardeado un hospital infantil en Afganistán (en caso afirmativo, nunca en portada), es más, lo más inconcebible es que la sanción más severa que estos impusieron a los militares simplemente consistía en la suspensión de un oficial. Un ultraje en toda regla.

    Aplicado al caso Guantánamo, ninguno de nosotros sabemos, y probablemente no lo sabremos, el atropello constante hacia los Derechos Humanos producido cada día en ese infierno. Quizás esta responsabilidad recaiga sobre nosotros, ya que no nos damos cuenta de las atrocidades que USA comete día a día contra seres humanos, imponiendo sus intereses políticos por encima de los humanitarios. Es cierto que el expresidente Barack Obama había afirmado que a Guantánamo le quedaban dos telediarios (lo cual no me creo) y cuyo proceso de clausura estaba en curso.

    Debido a los recientes acontecimientos en las pasadas elecciones estadounidenses, las cosas se complican aún más para los presos de Guantánamo. La flamante victoria de Donald Trump sobre su adversaria Hillary Clinton complica aún más el cierre de este antro donde muchos soldados ejercen tratos inhumanos. Ya sea la causa o el efecto del éxito del candidato republicano, el patriotismo americano se ha incrementado a niveles nunca vistos (por si no era elevado) desde posiblemente la Segunda Guerra Mundial. A raíz de esto han crecido otras conductas tales como la homofobia o la xenofobia. Es más, el propio Donald Trump ha reconocido públicamente mantener muchas posturas contrarias a la posición establecida por la DUDH.

    Por todo ello, la única palabra que se me ocurre para describir la tesitura actual es TERRORISMO, un terrorismo que constantemente transmite MIEDO: Miedo hacia las personas de otras etnias o religiones, miedo hacia los más necesitados, miedo hacia los homosexuales, miedo hacia todo aquel cuya ideología sea opuesta a la del Señor Trump... Un miedo general, el miedo de tirar por la borda todo aquello por lo que se ha luchado durante muchísimos años dejando atrás millones de vidas humanas.

    José Mª Gutiérrez-Ravé Estrada 2ºBTO. B

    ResponderEliminar