28 de diciembre de 2014

Un cuento

Eres hermosa sin tacones, sin maquillaje y sin trajes dorados. No hace falta que nadie te diga cuánto tienes que pesar, ni cómo debes vestirte ni con quién puedes salir. Tu estatura, tu peso, lo que te pones o te dejas de poner no son lo que te definen. No permitas que nada ni nadie te obliguen a hacer lo que no quieres o a ser cómo no eres.
Tal vez este cuento sea poco navideño. O quizás sí.

3 comentarios:

  1. Irene De La Torre3 de enero de 2015, 11:04

    Cuando caminamos por la calle o ponemos la tele vemos esas modelos, mujeres guapas, altas y delgadas a quien todo el mundo admira. Parecen perfectas sin maquillaje, solo con un camisón o llevado algo de ropa interior. Nos hacen querer sentirnos tan felices como ellas parecen, nos hacen querer tener ese cuerpo, esa cara y ese pelo que ellas tienen. Nos hacen querer ser un poquito menos nosotras y un poquito más esa imagen que vemos en la pantalla o en un anuncio. Pero ¿no deberíamos sentirnos como objectos cuando queremos hacer que alguien nos desee?

    Lo empezamos a hacer sin darnos cuenta, o incluso sin querer, empezamos a maquillarnos como lo hacen en videos en Internet, a llevar las últimas prendas de ropa que han sacado nuestras tiendas favoritas y sobretodo a pasarnos horas mirando a un armario abierto pensando qué nos hará sentirnos algo mas guapas. Sin darnos cuenta aquello que encontraríamos “innatural” como sería la delgadez de esas modelos, empieza a ser nuestro canon de belleza; empieza a convertirse en la imagen a la que nos queremos parecer. Y de un día a otro nos sentimos desnudas cuando no llevamos algo de rimel o un pintalabios bonito. Es triste que muchas personas nunca se sientan lo suficientemente buenas siendo ellas mismas, que buscan refugio en la idea de parecerse cada día un poquito mas a esas mujeres “preciosas” y algo menos a la realidad que tenemos en frente.

    No creo que nadie necesite decirnos si somos guapas o feas, si necesitamos adelgazar o no, o si lo que llevamos puesto nos sienta bien o mal. Eso lo hacemos nosotras mismas, no hay juez mas feroz que los números en una báscula o la imagen distorsionada que vemos en un espejo. Todas las personas que conozco por muy buenas que sean han dicho alguna vez un comentario negativo, pero no creo que pensando en como repercute a aquella que lo recibe. Lo que casi nadie sabe es el dolor que se siente cuando las reacciones que ves no son las que esperas. Ese pinchazo que tienes en el estómago cuando ese día “no estás a la altura” de tus expectativas. No es que necesitemos que nadie apruebe nuestra apariencia, lo que tenemos que aprobarla somos nosotras mismas.

    Como cada principio de año; muchas mujeres harán listas, con cosas que van a hacer ese año, en las que perder peso o empezar a ir al gimnasio sean unas de las primeras cosas que aparezcan. Otras muchas escogerán eso de “encontrar el amor”. Pero estoy segura que pocas serán aquellas que escriban, “quererme un poquito más”. En un mundo donde las niñas pequeñas admiran a las princesas, y su muñeca preferida es una Barbie, no es de esperar que cuando crezcan sean mujeres contentas con su apariencia.

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  2. Miguel Ángel Campos Rodríguez9 de enero de 2015, 7:40

    -Miguel Ángel Campos Rodríguez, 4º ESO C.

    “No está mal ser bella; lo que está mal es la obligación de serlo”.

    Al ver esta frase se me vinieron a la mente todas esas mujeres que he conocido en mi vida y que han sido víctimas de los señalamientos de toda una sociedad por no ser el prototipo de mujer que está estandarizado en quien sabe qué sitio del mundo. Quién sabe si me equivoco, pero hasta ahora no conozco el primer organismo de estandarización de belleza que obligue a las mujeres a ser iguales o que tengan que ser “bellas” ante los ojos de alguien específico.

    Toda mujer es bella, una frase tan desgastada, ¿pero qué culpa?, es verdad, la gordita, la flaquita, la blanca, la negra, todas son una manera diferente de ver la vida, ninguna tiene por qué someterse a cambios que pueden afectar su salud física y mental; cada vez es mas común encontrar historias de mujeres que se realizan múltiples operaciones estéticas para parecerse a una celebridad o simplemente para que en la calle no se burlen de ella, no es justo! Probablemente estas mujeres no sean culpables de las consecuencias, sino la sociedad que las empuja a ser personas que no son realmente por medio del rechazo, la exclusión y las piedras que les ponen en el camino para darle paso a figuras plásticas que no aportan nada a la sociedad.

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  3. El aspecto. ¿De verdad es tan importante las apariencias?, en nuestra sociedad este problema ya lo vemos normal, ahora las mujeres van casi siempre maquilladas, con tacones, muy arregladas...y todo eso para que las vean y se vean guapas. Es verdad que a muchas personas les gusta maquillarse, estar con tacones e ir siempre muy bien vestido, pero también hay muchas personas que solo hacen esto para sentirse, no sé si guapa o para adaptarse mejor a la sociedad.
    Últimamente hay unas tendencias más marcadas, como he dicho antes las mujeres tienen que tener un cuerpo delgado, y alto, maquillada y subida a andamios; pero no solo las mujeres, también los hombres tiene que ser altos, con músculos marcados y delgados. ¿De verdad se siente todo el mundo bien con estas opciones que no han elegido?
    Nadie tiene porque dejar de comer porque se lo diga alguien, ni empezar a maquillarse, ni ponerse tacones... Además, ¿Que mas da como te vistas? Lo importante es si estás feliz con ello, porque si por ejemplo, tus amigos se visten "diferentes" o no llevan acabo lo que implanta la sociedad de cómo vestirse, y tú tampoco, ¿Por qué vais a tener que cambiar? Cada persona es de una manera, y puede hacer lo que quiera.
    No seremos nadie perfectos, pero ser nosotros mismo y hacer lo que nos hace felices lo hacemos perfectamente.

    Rosario Vázquez Martín 1ºA

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