17 de diciembre de 2013

Soy un inmigrante

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 Mañana, 18 de diciembre, se celebra el Día Internacional del Migrante. La migración internacional ha crecido de manera notable desde el comienzo de este siglo y se calcula que en la actualidad unos 232 millones de personas buscan en países distintos al suyo nuevas oportunidades de mejorar su vida y desarrollar sus conocimientos. Alrededor de la mitad de ese colectivo son mujeres.
Y para celebrarlo un millar de subsaharianos intentan saltar sin éxito la valla de Melilla. Y para celebrarlo, en Lampedusa (Italia) fumigan a la intemperie en condiciones infrahumanas a los inmigrantes recién llegados. Y para celebrarlo, los niños se hacinan en centros de acogida de esta isla que, según la alcaldesa, son campos de concentración. Y para celebrarlo, las vallas de Melillas siguen "adornadas" con cuchillas que son solo disuasorias... Curiosas formas de celebración; sobre todo en estas fechas prenavideñas donde los corazones se abren y los medios se llenas de anuncios dulzones que hablan de amor y generosidad.
Yo no soy una inmigrante... ¿O tal vez sí? ¿Qué derecho tengo sobre mi tierra? ¿Acaso la tierra es de alguien? El azar de nacer en un determinado sitio y en un momento propicio me ha concedido unos derechos que otras personas, seres humanos como yo, no tienen. ¿Por qué? Alguien dirá que qué tontería, que las cosas han sido así "toda la vida de dios"... Vale, pero ¿van a seguir siéndolo para siempre?
Por favor, durante unos minutos, pongámonos en el pellejo de un sin papeles y pensemos, intentemos sentir lo que estas personas viven y sienten. Probablemente espantaremos el horror y nos refugiemos en nuestros luminosos y alegres árboles de navidad, en nuestros calcetines sobre la chimenea, en el olor cálido de la comida de navidad.
Yo no sé que sentiréis vosotros. A mí me da vergüenza.

1 comentario:

  1. Vaya, llevo tiempo metiéndome en la página esperando que una publicación me llame la atención como ésta lo ha hecho.
    Sinceramente no tenía ni idea de que un día antes de mi cumple era un día después de este día tan... tan enorgullecedor como es el Día del Migrante.
    Leyendo el artículo me he fijado que se destacan las migraciones subsaharianas. Me he quedado congelada al enterarme de los hechos que se realizan en países como Italia. No me puedo creer que de verdad se hagan esas barbaridades. Sabía que muy bien reconocidos en Italia los migrantes de África no estaban pero... ¿hasta ese punto? Lo peor es que la falta de humanidad no queda ahí, sino que se extiende por todo el continente. Por ejemplo, leí hace tiempo que en otros lugares como Corea del Norte (ya se que es un poco caso aparte, por la dictadura que hay, pero no por ello no merece ser mencionado), la migración es que yo creo que la quitaron hasta del diccionario, hay tantas restricciones que ni siquiera eso pueden. Y ahora yo me hago una pregunta, ¿qué es mejor, o más bien, que es preferible, migrar y ser rechazado de vuelta a tu país después de haber arriesgado tu vida y haber vivido en unas condiciones infrahumanas, pudiendo haber muerto? o ¿directamente no tener el derecho si quiera a pensar en escapar de tu lugar de nacimiento? Qué... pena ¿no?
    He puesto este ejemplo de Corea para no extenderme mucho, pero, por desgracia, son demasiados ya los países, ciudades, lugares en que estas condiciones se dan...
    Como bien has dicho Leonor, esto es de vergüenza, pero no de vergüenza de que cuando en la tele o en los periódicos aparezcan las noticias, apartar la mirada y hacer como si nada... No. Vergüenza de leer eso y que nos de igual, que veamos un negro por la calle y reírnos de él/ella. Eso si es de vergüenza. Porque muchos decimos que no somos racistas, pero cuando, como ya he dicho, vemos las noticias de migrantes muertos, demacrados o maltratados, apartamos la mirada y como si nada. Pues no. Hay que apechugar, informarse, sentir que se te remueven las entrañas con tanta barbarie y no ignorar, porque eso es lo que somos y en eso es en lo que vivimos. En una gran ignorancia.
    Hablando de racismo y haciendo mención a tu texto, el año pasado en filosofía me explicaron algo con lo que yo me quedé algo pillada porque es que nunca nadie me había dicho algo así: "El racismo como palabra no existe porque las razas no existen. Vale que una persona sea negra, china, sudamericana, pero ¿quien tiene el derecho a decir que eso es una raza? ¿Que ellos son inferiores, superiores? ¿Acaso no son personas como nosotros? ¿Acaso no realizan las misma funciones vitales que nosotros, piensan y actúan igual? Eso sí, la forma de ser puede que cambie según las costumbres propias del lugar en que se críen, y eso no es raza, eso es CULTURA".
    Así que, que menos que aprendamos todos de todos y nos dejemos de tonterías de ver a un inmigrante por la calle y burlarnos de él sintiéndonos 'superior', porque que quieres que te diga, más que superior lo que estás haciendo es caer bajo.

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